Estaban preciosas y enseguida explicamos la singularidad de estas flores pues únicamente tienen un pétalo (aunque en realidad no lo sea) rodeando a modo de cucurucho a la espiga alargada y amarilla donde está el polen.
Las pusimos en agua y charlando sobre los colores de las flores se nos ocurrió teñir una de ellas de color rojo, así que la apartamos en un tarro con agua colorada:
Ahora nos quedaba observar...
Primer día: ya aparecían pequeñas líneas rojas.
Qué maravilla de experimento!!!
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